La gravedad
que nos mantiene pegados al suelo,
el silencia absoluto
que nos envolvía
cuando flotábamos en el espacio,
la luz que nos ciega,
la fugacidad de lo momentos...
Hoy volví a lamerme las heridas,
ese sabor amargo a fracaso
que adereza los días,
lo hice despacio
y con calma,
sólo un momento
para recordar,
pero con el sumo cuidado
de no volver a abrir ninguna,
no es el momento...
Fluir entre los elementos,
atravesar el espacio
y el tiempo,
caminar despacio
entre los recuerdos,
retocarlos sin sentido,
es imposible evitarlo...
Disfrutar escribiendo
para todos y para nadie,
salir del sótano
y mezclarme un rato con el mundo,
fluir en mi propio espacio y tiempo
mientras observo el devenir del mundo
desde mi lugar preferido,
allí donde nadie me observa,
allí donde nadie me espera...
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