sábado, 31 de marzo de 2012

Unicornio







Era un día como otro cualquiera,
un día como hoy.

Iba caminando para casa,
con la agridulce sensación
de recoger pronto.

Cuando algo se cruzó en mi camino,
un caballo blanco
se acercaba a lo lejos.
Llevábamos la misma antagónica trayectoria
y en unos metros estábamos cara a cara.

No era un caballo,
en el medio de su frente
relucía un cuerno blanco marfil,
era un unicornio...

Se acerco a mí
y agacho la cabeza para que lo acariciara,
lentamente me acerque a él
y pasé mis manos
por su larga y blanca cabellera.

Entonces alzó el cuello
y atravesó mi cuerpo
a la altura del corazón
con su suave cuerno color marfil,
mientras unas palabras,
salidas de la nada,
resonaban como un eco incesante
en mi consciencia:
"¿Para qué quieres vivir
si hace años que no persigues tus sueños?
¿Dónde está tu destino?
¿Cuál es?

El unicornio
bajó lentamente su cabeza
y caí al suelo.
Mi ojos observaban las estrellas
mientras todo se volvía oscuridad.

Abrí los ojos en cama,
en medio de la oscuridad
sin saber realmente

donde me quería despertar...