miércoles, 20 de enero de 2010

Y...


Llueve,
escucho la lluvia caer mientras termino de abrir los ojos,
el ruido del mundo está ahí fuera,
y yo aquí dentro,
agazapado en la oscuridad de la inconsciencia,
envuelto en sabanas de sin sabores,
tapado por mantas de extrema torpeza.

Me lamo las heridas,
mientras pienso en encender la luz de un nuevo día.
Alguna de las heridas aun me escuece demasiado
y me piden a gritos oscuridad y tranquilidad.

Hago caso omiso,
y varias de las heridas pegadas contra las sabanas,
se abren de nuevo al levantarme
y goteo sangre sobre la alfombra.

Un día nuevo,
un día sin más,
cierro el grifo de la ducha y con ella las heridas,
salgo a la calle,
un maullido lo inunda todo,
mañana ya veremos...

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