lunes, 29 de marzo de 2010

Para, quizás, nunca dejar de caer


Estoy vacío,
vacío de sueños,
vacío de sentimientos,
vacío de cosas que contar,
completamente vacío.

Vacío en mi interior,
el pozo más hondo y oscuro
que jamás intente explorar.

Navego por las incoherencias
que provoca la espesa negrura de mi interior,
navego entre ausencias de mi mismo,
navego por el camino erróneo
que con tanto ahínco construí.

Paseo por las melodramáticas melodías de mis recuerdos,
paseo por la incongruencias de mis actos,
paseo por el olvido de mi mismo, una y otra vez.

Me desvanezco dentro de mi,
en el abismo de mi propio precipicio,
a punto de saltar
para, quizás no volver,
para, quizás, nunca dejar de caer...

1 comentario:

  1. Si, es duro, y uno se siente frágil. Lo más indestructible nos carcome por dentro y ahi quedamos nosotros, mirando ese vacio helarnos una vez más.
    ES UN INDICIO DE DEPRESIÓN, creo que como ser humano es mi deber decírtelo.
    Lindos poemas, veo si me vuelo seguido

    ResponderEliminar