sábado, 4 de diciembre de 2010

demasiado peligroso


Desdibujo las líneas de mi mano sin solución,
deshojo los pétalos de mi corazón,
busco pero no encuentro
la mitad de lo que deberían significar estas palabras...

Golpeo las teclas con rabia
esperando la conexión con el interior de mi alma,
con el ardor,
con el escozor que me corroe por dentro...

... un poco de agua
que alivie mi dolor...
...un poco de cordura
que ilumine la desilusión
de otro día cualquiera....

Realmente ahora sí escribo al son de la música,
me atormenta, me exaspera, hace que se retuerza todo mi interior,
satisface mi ansia de sentir algo que no sea el escozor de mi alma...

Cambio la canción y mis manos se relajan,
aunque no los latidos de mi corazón.

Quién dijo qué y cuándo,
lloro de rabia por no saber ser yo,
no se lo digas a nadie,
o mejor no lo creas,
estás palabras son siempre ficción...

Me dijeron que estabas en el vagón del olvido
y no lo creí,
fui a buscarte y te encontré allí,
te extendí la mano
la agarraste y viniste conmigo,
charlamos un rato
hasta que llegó otro tren,
nos dijimos adiós a través de la ventana,
mientras te alejabas en el vagón del dolor,
ahí estás bien,
para que dejar que cicatrice
la única herida que algo me enseñó...

Saldré un momento hacia la oscuridad de la noche,
hoy es de madrugada
pero lo necesito,
necesito sentir el frio de la noche
y volver a mi habitación
y que el calor la cama
me deje dormir hasta mañana,
soñar, quizás, es pedir demasiado,
soñar es, quizás, demasiado peligroso...

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